«Ujuk», 2013
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Llevo un tiempo alejado del blog, a causa de ciertos proyectos profesionales y algún que otro problema informático.
Lo retomo con una ilustración de técnica mixta de rotuladores acuarelables, acrílicos y tinta. Está inspirado en el relato de Clark Ashton Smith "El Abad negro de Puthuum" (1936), del ciclo de Zothique:
"La figura se acercó y se reveló a la tenue luz del farol amarillento como un hombre negro de inmensa envergadura y altura, ataviado con una amplia túnica de color azafrán, como la que solían llevar ciertas órdenes de monjes, y coronado con el sombrero púrpura de dos picos de abad. Era sin duda una aparición singular y jamás antes vista: porque si existían monasterios entre el extenso erial de Izdrel, estos estaban ocultos y eran desconocidos por el resto del mundo.
Sin embargo, Zobal, escarbando en su memoria, recordó una vaga historia que había oído y que trataba de una fraternidad de monjes negros que había florecido en Yoros hacía muchos siglos. La fraternidad se había extinguido hacía mucho tiempo, y el lugar donde se encontraba había sido olvidado. En los últimos tiempos eran pocos los negros que habitaban en el reino, y los que quedaban eran tan sólo aquellos que hacían las labores de eunucos guardando los grandes harenes de nobles y ricos mercaderes.
Los animales comenzaron a mostrar cierta intranquilidad cuando el extraño se acercó.
-¿Quién sois?- preguntó desafiante Cushara, apretando los dedos alrededor del mango de su arma.
El negro sonrió ampliamente, mostrando enormes hileras de dientes descoloridos con incisivos semejantes a los de un perro salvaje. Su enorme y grasienta papada estaba arrugada por la sonrisa en infinidad de amplios pliegues, y sus ojos, marcadamente achinados y juntos, parecían guiñar perpetuamente formando bolsas que se agitaban como gelatinas de ébano. Sus fosas nasales vibraban prodigiosamente, sus flácidos labios púrpura babeaban y temblaban, y se los lamió con una gruesa lengua roja y obscena antes de responder a la pregunta de Cushara.
-Soy Ujuk, abad del monasterio de Puthuum -dijo, con una voz ronca, de tan extraordinario volumen que parecía brotar de la tierra bajo sus pies-."
La lámpara me fascina. La he mirado tanto que incluso me parece verle un ojo y una oreja en la punta.
ResponderEliminar¡Me alegra mucho que te guste la lámpara!
EliminarEn el boceto original puse un farol normal y corriente, pero me releí la historia y di con esta línea:
"En ese momento los otros vieron que una figura embozada se acercaba a ellos, sujetando un farol hecho con alguna clase de cuerno translúcido"
Así que lo cambié, creo que para mejor. ¡Gracias por comentar!