«La Nueva Cosmogonía», 2012
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Otra portada inspirada en las reseñas ficticias de Vacío perfecto. En esta ocasión se trata del discurso del ganador del premio Nobel de Física, que analiza la decisiva influencia de un oscuro libro en su trabajo.
Dicha obra destaca por su "omniherejía" hacia la ciencia y la fe. Según ella, el Cosmos que percibimos no es sino el producto de un juego; una inimaginablemente vasta y pausada competición entre civilizaciones primigenias:
"Si hemos de considerar como «artificial» todo lo transformado por la razón activa, entonces el Cosmos entero ya es «artificial». Una herejía tan audaz despierta instantáneas protestas: ¿es que no sabemos qué aspecto tienen objetos «artificiales» producidos por la razón dedicada al trabajo instrumental? Dónde están los vehículos, las máquinas gigantescas, dónde, en una palabra, las titánicas tecnologías de los supuestos seres que nos rodean en los espacios estelares? Pero los autores de esas preguntas cometen un error debido a su inercia mental, ya que las técnicas instrumentales sólo son necesarias —dice Acheropoulos— a una civilización en estado embrionario, como la nuestra. Las que cuentan con miles de millones de años de existencia no las usan. Su maquinaria es lo que nosotros llamamos leyes de la Naturaleza. ¡La misma Física sirve de «máquina» a esas civilizaciones! ¡Y no es «una máquina lista y acabada»! ¡Ni mucho menos! La «máquina» a que nos referimos (y que, por supuesto, no tiene nada que ver con las máquinas mecánicas), se está creando desde hace miles de millones de años y su construcción, aunque muy avanzada, ¡no está terminada todavía!"
La portada está inspirada en la Composición VIII de Wassily Kandinsky. Su armonía musical sirve para representar las leyes cósmicas; manipuladas desde bambalinas por agentes exteriores.
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